Horacio Malvicino, el legendario guitarrista cuya versatilidad y maestría abarcó desde el jazz hasta el surf-rock, falleció a la edad de 94 años. Con una trayectoria musical que se convirtió en sinónimo de genialidad y diversidad, su legado perdura como un pilar fundamental en la escena musical argentina.
Conocido por su colaboración con Astor Piazzolla desde 1954, Malvicino se integró al Octeto Buenos Aires, contribuyendo a un sonido revolucionario que marcó una época en el tango porteño. Esta colaboración icónica se extendió hasta finales de la década de los 80, incluyendo el famoso Quinteto que grabó “The Central Park Concert”, considerado uno de los momentos cumbre en su asociación con Piazzolla.
Sin embargo, la diversidad musical de Malvicino brilló más allá del tango. Su ADN jazzístico lo llevó a colaborar con destacados músicos como Lalo Schiffrin, Leandro “Gato” Barbieri y Hugo Pierre, mostrando su destreza en diferentes géneros musicales. Bajo el seudónimo ‘Alain Debray’, su faceta más ecléctica se reveló, vendiendo millones de discos y explorando variados estilos musicales.
El guitarrista trascendió aún más en los años 60, participando en míticas grabaciones con The Strangers, reinterpretando boleros como “Frenesí” en un innovador formato de surf-rock. Su álbum “Así es la guitarra eléctrica” (1968) destacó su virtuosismo en canciones poco convencionales para su repertorio habitual.
En su legado también se encuentra su obra literaria, como su libro de memorias “El tano y yo” (editorial Corregidor, 2008), que recorre su vida y su extraordinaria carrera, centrada en su vínculo con Piazzolla pero que desvela un panorama vasto y enriquecedor de su trayectoria.
La profundidad de Malvicino como músico se reflejó en su álbum “Brazilian Touch”, donde fusionó jazz, bossa nova y easy listening, reinterpretando clásicos de la música brasileña. Esta obra diversa mostró una vez más su capacidad para trascender géneros, consolidando su reputación como un músico único y visionario.
Horacio Malvicino, con su inigualable talento y versatilidad, deja un legado imborrable que resuena en la historia musical argentina. Su influencia, desde el jazz hasta el surf-rock, seguirá inspirando a las futuras generaciones de músicos a explorar y trascender los límites de la creatividad musical.
