VF Corp., la matriz de reconocidas marcas como Vans y The North Face, ha implementado una estrategia de cambio denominada Reinvent, que ha traído consigo la eliminación de aproximadamente 500 puestos asalariados a nivel global, según reseña el medio SHOP EAT SURF. Este movimiento, parte de la iniciativa para mejorar la eficiencia operativa, se ha materializado como una medida destinada a otorgar a la compañía la flexibilidad financiera necesaria para potenciar sus marcas y posicionarse de manera óptima para un crecimiento a largo plazo.
El impacto de estas decisiones alcanza a todas las marcas, funciones corporativas y geografías de VF Corp. A pesar de la complejidad y las dificultades inherentes a estas acciones, la compañía ha manifestado su compromiso de abordar esta reestructuración con el respeto y la dignidad que merecen todos los involucrados, expresando un profundo agradecimiento por las valiosas contribuciones de quienes se ven afectados por estos cambios en VF.
Este ajuste se produce en un momento crucial, coincidiendo con la llegada de un nuevo presidente y CEO de la compañía, Bracken Darrell, quien asume el desafío de acelerar la transformación de la división de Vans y del negocio general en América del Norte. La meta primordial detrás de esta reestructuración es impulsar un cambio significativo mientras se reducen costos.
La estrategia Reinvent, revelada en octubre, ha resultado en movimientos clave dentro de la estructura corporativa, incluyendo la reubicación de Kevin Bailey, anterior presidente global de la marca Vans, para liderar un nuevo plan de mejoras empresariales. Esta decisión ha colocado a Darrell en un papel más activo en Vans hasta que se designe un nuevo presidente de la marca.
Además, la iniciativa Reinvent ha reconfigurado la estructura corporativa con la creación de una división regional de las Américas, similar a las ya establecidas EMEA y APAC de VF, como parte de un enfoque en la reducción de deuda y el apalancamiento. Esta estrategia también está orientada a generar un ahorro de costos de aproximadamente $300 millones.
VF se enfrenta a una presión significativa por parte de inversores activistas que han criticado la operatividad de la compañía, especialmente sus recientes adquisiciones. Esta presión incluye llamados para desinvertir en activos no centrales y reducir su cartera de marcas, como Timberland. Asimismo, VF ha tenido que lidiar con un descenso en los ingresos, evidenciado en la caída del 4% reportado en el último trimestre, y una pérdida neta de $450.7 millones, comparada con $118.4 millones en el mismo período del año anterior. Esta disminución se atribuye parcialmente a un caso fiscal relacionado con la adquisición de Timberland.
